Materia
Proyecto seleccionado para exposición de jardines en Bilbao en colaboración con Soraya Aguirre. Bilbao Jardin 2009.
Espacio recortado de un paisaje de convivencia.
Este espacio se organiza en torno a los materiales residuales metálicos no tóxicos pero de grandes capacidades regenerativas. Los encontramos en grandes plantas de reciclaje en las que se preparan para su reutilización o se olvidan agrupados en montículos en los que se limita su vida. Vida que es eterna.
Materiales que nos recuerdan a la gris industria, que produce y reproduce; en cadena. Que evoluciona con el tiempo, que cambia, se disfraza y también desaparece. Desaparece dejando constancia de lo que fue, de que estuvo en algún sitio, de que vivió, de que creó, que se expandió, que convivió en algún momento con el resto de nuestros espacios. Dejando huella.
Esta comparación nos lleva a recoger pequeños trozos de desechos metálicos que para nosotras contienen también esta esencia, de permanencia, de vida que se acaba pero que sigue estando en algún lugar a la espera de recuperar su pequeña y gastada memoria.
Pretendemos devolver la dignidad a unos fragmentos de materia considerados desecho, convirtiéndolos en piezas que constituyan un espacio agradable, siendo estos los elementos que le den identidad.
Los matices que podemos descubrir en un “chatarrero” son infinitos y de gran calidad estética. En un principio y observándolos en su contexto habitual la percepción de estos es fría, de fin de vida útil, pero con una correcta combinación con materias vivas pueden formar parte de un espacio que sentiremos como agradable y por tanto como habitable. En definitiva el poder de materias almacenadas para destruir y reutilizar en otros contextos nos puede dar matices y fuerza compositiva en nuestro jardín.