En una amplia zona robada a la marisma, bañada por el río Bidasoa, en Irun, hoy se despliegan un sinfín de huertas, paisaje creado de manera antinatural por el hombre. Se propone devolver gran parte del terreno a su ser integrándolo en el paisaje que un día fue y dándole una utilidad de parque urbano. Para ello se plantea un proyecto en el que hay zonas diferenciadas, partiendo de una parte muy natural, la mas cercana al agua e ir convirtiéndola en mas urbana según se acerca a la ciudad. Así nos encontramos con un borde de marisma recuperado con zonas que se inundan, playas, que luego se convierte en una zona de colinas y dunas que da paso a un carril bici y paseo mas pétreo uniéndolo con la ciudad.